domingo, diciembre 06, 2009

Día cero



Perdida en la habitación…
El tiempo pasa en el reloj de pared con un tic tac que se clava en la sien, y el cubículo color amarillento por el humo de tabaco, contiene una mesa de color cerezo sobre la que se apoya el ordenador de sobremesa, un silla giratoria sin apenas respaldo, y unos cuantos folios escritos a mano por una cara. Una cama sirve de sofá durante el día, y una almohada de cojín.
Anexa a esta habitación, una cocina de azulejos grandes hasta la mitad de la pared y una ventana a cuyos pies hay colocada una jaula, dónde permanece un conejo de color marrón oscuro.
Un pequeño cuarto de baño cierra este pequeño mundo de existencia.
Perdida en mi habitación, en algún lugar, se me pasa el tiempo…
No tengo prisa, pero la prisa me llena.
Decido salir y buscar la inspiración para resolver mi nuevo enigma.

viernes, diciembre 04, 2009

Orígenes


Perdí la noción del tiempo, del espacio. Me encontré de pronto corriendo sin parar, sin saber adónde iba…
En medio de edificios, inmensa chatarra de cemento y acero, en medio de gente que no veía. Perdida y ausente, no escuchaba nada y de pronto sólo sé que corría, que quería encontrarte y que vinieras hacia mí. Mis pies eran suspiros y parecía como si volara. Sólo veía tu silueta, sólo te tenía en mi mente delirante de dolor, y me agarré a ti para volver a la realidad. No sabía dónde estaba.
Era otro plano, una subdivisión de este mundo, de esta vida, permanecía en un lugar estático y paralelo al que conocía, no era físico. Y fuiste el nexo de unión con este plano. Fuiste lo único que no olvidé en ese lapsus de tiempo. Créeme, en ese momento perdí contacto con la realidad totalmente. Si me llega a atropellar un coche, te aseguro que mi último pensamiento hubiera sido para ti.
Cuando desperté, tenía un dolor intenso en los pies y la cara cortada del frío…